Muchos piensan que si viajas una larga temporada no disfrutas igual de la vida nocturna de los países que se visitan. A nosotros nos gusta pasear y disfrutar de la noche siempre que terminamos de cenar, nos ponemos a andar y andar, unas veces paramos en algún sitio a tomar algo y otras simplemente volvemos.
Esta pequeña isla parece que entra en acción después del anochecer, y que está lista para ofrecer al turista todo lo que tiene para que se divierta y se sienta como en casa. Sin embargo, no es una isla que alberga grandes discotecas pero tiene pequeños bares o puestos de playa acogedores donde podrás disfrutar del sonido del mar, la música y ver espectáculos de fuego en los que te harán participar los lugareños.
Esta noche decidimos cenar algo de fruta, estábamos saturados de tanto arroz con pollo y queríamos cenar algo más light, cogimos la fruta en una tienda que se encuentra en la calle principal de Pantai Cenang y nos dirigimos a la playa para disfrutar de un espectáculo. Nos subimos a las hamacas que tenían apiladas y mientras cenábamos nuestra deliciosa y fresca fruta nos amenizaban la misma con un espectáculo de fuego.
La noche en esta calle lo transforma absolutamente todo, pero lo que más nos llamó la atención fueron los restaurantes. A medio día era una calle medio vacía, en las terrazas no se veía a nadie sentado y muchos de los bares permanecían cerrados. Al caer el sol, abren todas sus puertas y con el menú en la mano animan al turista a que pase a su restaurante.
Así que sí, la vida nocturna en Langkawi puede que sea su punto fuerte. Nosotros vamos a relajarnos en el sofá y a disfrutar del ambiente de la noche.
Nos leemos pronto familia.
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